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El segundo piso y el nuevo aeropuerto... ( 1a. parte )

03 de Febrero de 2002

 

 

El segundo piso en las dos vialidades más importantes de nuestra Ciudad así como la construcción del aeropuerto, son materia de una seria reflexión en muchos ámbitos, como el histórico, el urbano, el político, el económico, y sobre todo en lo que concierne a la propiedad privada.

Para seguir un orden veamos nuestra historia.

Nuestra Ciudad se empieza a planear con la filosofía de "construir-destruyendo".

La Catedral, Palacio Nacional, y el resto de nuestro "centro de Ciudad" están sobre el Gran Teocalli y en general sobre una de las Ciudades más maravillosas que el hombre ha podido concebir y que tuvo que ser destruida y enterrada, para que hoy "disfrutemos" de calles angostas y oscuras con edificios que podrían haber sido una joya arquitectónica, si no pesara sobre ellos "el karma" de existir sobre algo que fue destruido a voluntad.

De todos modos tarde que temprano volvió a florecer, y hubo que expropiar y destruir edificios para volver a sacar a la luz al Gran Teocalli.

¿O sea que el destruido, destruye al que lo destruyó sin proponérselo... o acaso fue la venganza de Huichilopoztli?

Cuando el hombre entienda que la única manera de poseer un pedazo de tierra, es recibiéndola pacíficamente de su anterior dueño, a través del pago de un precio justo, que le permita a ese antiguo propietario ir a buscarse otro pedazo de tierra semejante y pagar del mismo modo un precio justo.

Veamos en un contexto histórico actual, que sucede con la idea del nuevo aeropuerto de Texcoco, que por simple sentido común debería llamarse Nuevo Aeropuerto de Atenco, pues la mayor superficie se ubica en ese municipio y no en Texcoco.

El problema es la falta de sensibilidad del gobierno federal, y que obviamente nunca ha tenido ni tendrá, pues ningún gobierno en el mundo funciona por sentimiento, sino por interés.

Pero lo más absurdo es que no tenga sentido común, pues a poco no se imaginaba la reacción de gente que por generaciones ha poseído de buena fé sus tierras. Que importa el título de propiedad que tengan o la figura jurídica con la que posean su propiedad, ya sea ejido, comuna, propiedad privada, con o sin escrituras.

El hecho es real, y es que esas tierras son de ellos, y ni siquiera un decreto presidencial los hará moverse, y más si ese decreto fue publicado a la brava, bajo la clásica razón de "utilidad pública".

Es importante en una discusión como la de este aeropuerto, diferenciar que el motivo de la polémica no es el "que", si no el "como".

Es decir... que quizás no discutamos si la ubicación de dicho aeropuerto es buena, regular o mala, pues la verdad eso depende de un equipo muy complejo de técnicos y expertos, que sabrán si ahí podrá ser una buena opción. Si se equivocan quedará en su conciencia, y en la nuestra por tener tan mala administración de gobierno.

Si aciertan, la historia y el paso del tiempo les dará la razón y quizás podremos decir que nuestro voto del 2 de Julio valió la pena.

Pero lo verdaderamente discutible es el "como", pues la forma tan violenta y tan ilógica de querer arrebatar tierras ya trajo por consecuencia la reacción de desenfundar los machetes.

Si recordamos la ejecución de los ejes viales en la Ciudad de México, podremos confirmar que éstos pudieron ser construidos gracias a que el gobierno de la Ciudad pagó en ese entonces precios "de mercado" y no catastrales, y solo así pudo terminar en paz tan magna obra.

Que acaso los ejidatarios de San Salvador Atenco son unos pobres ignorantes que hay que pagarles a siete pesos el metro, cuando por la simple intención de ubicar ahí el aeropuerto, el precio del metro debe de oscilar entre $200 y $300 pesos el metro ?

El gobierno debe de entender dos cosas muy simples.

1) La decisión de construir ahí el aeropuerto le da una plusvalía inmediata al terreno, y el beneficio debe de ser para sus dueños originales, pues el gobierno "en teoría" no debe de ser una institución de lucro que deba de quedarse con dicha plusvalía a su favor.

2) Si las expropiaciones fueran pagadas un poco mejor que un simple precio comercial, todos estaríamos ansiosos que nos expropiaran nuestros inmuebles. Y la verdad un gobierno puede y debe de hacerlo así, pues además de que tiene la capacidad para pagar bien un proyecto de este tipo, estoy seguro que los ejidatarios de Atenco, estarían felices de firmar las escrituras cuanto antes, y hasta dejarían incluidos los machetes en el precio de venta !!!

Ignacio Burgoa Orihuela se quedaría sin chamba, pero de todos modos no importaría porque no está cobrando...

Lo del segundo piso en viaducto y periférico lo dejo para la semana que entra, y mientras espero que López Obrador se arrepienta de su decisión, porque nuestra Ciudad no necesita, ni de chiste, una obra de este tipo.

 

Claudio Márquez Passy

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