En una editorial pasada, planteamos algunas consideraciones sobre las causas de la violencia e inseguridad, concluyendo que el abuso de la utilización del suelo, era la principal de todas.
Urbanistas, Arquitectos, Gobernantes, y muchos otros actores que participan en forma directa en la construcción de ciudades, estarán en desacuerdo con mi concepto de la "antiverticalidad" de las grandes urbes.
Soy un firme creyente que NO es necesario crecer verticalmente y en una forma sin límite ni previsión en cada lote de terreno, pues esto sucede solamente cuando falla el proyecto original de diseño urbano.
Analicemos ejemplos de ciudades horizontales que hoy ya tienen una tendencia a la descomposición vertical, y como muestra tenemos Querétaro, que teniendo un diseño muy bien planeado, hoy ya presenta problemas serios de vialidad, drenaje, inundaciones, y sobrepoblación, por interminables desarrollos inmobiliarios que simplemente se "pegan" a la ciudad original, empujando al centro de la ciudad a desarrollar los primeros edificios altos, tratando de "reaprovechar" esquinas en ubicaciones estratégicas, y comenzando con el "abuso" del suelo.
En la Ciudad de México tenemos varios casos visionarios, pero con ideas totalmente encontradas. La Torre Latinoamericana fue símbolo de la modernidad y de una muestra muy avanzada de tecnología, poniendo al país en un punto de partida a crear un Nueva York Latino; sin embargo la falta de planeación urbana desquició la zona, pues atrajo una cantidad inverosímil de gente a trabajar en una esquina relativamente pequeña, y que no contaba con un solo cajón de estacionamiento.
El Centro Bancomer en Av. Universidad, por el contrario debiera de ser una muestra de como utilizar al máximo un terreno, sin la avaricia de tener que crecer verticalmente, y demostrando que con tres o cuatro niveles máximo, es posible resolver la sede de una institución sin que afecte drásticamente una ubicación. Claro que la salida del metro a la puerta del banco, ayuda en forma importante, pero de todos modos los terrenos anexos en la parte posterior dan cabida a una infinidad de automóviles, resolviendo razonablemente el tráfico del lugar. La sensación de relajamiento que ofrece el edificio en sus interiores, da una idea clara que la "horizontalidad" garantiza el no-hacinamiento, y el uso racional del suelo. Si este edificio no se quiso, o no se pudo hacer mas alto porque el "uso de suelo" se lo impedía, entonces se demuestra que es posible revisar integralmente todo el plan de desarrollo urbano y darle un sentido horizontal, pero aprovechable y rentable.
Santa Fe que ha sido un desarrollo muy controvertido, tenía en sus orígenes el concepto inviolable de la horizontalidad, y que le dio una personalidad e imagen únicas en todo el país. Sus corporativos de máximo cuatro niveles al estilo "Centro Bancomer" garantizaron un ambiente relajado y cordial entre sus habitantes, pero hoy ya presenta una sección con edificios de veinte o mas niveles, metiendo a este desarrollo a la carrera sin reversa del hacinamiento.
En la ciudad de Puebla se gesta hoy día un desarrollo llamado Angelópolis, al sureste de la urbe y que le da una nueva y modernísima imagen, de franca horizontalidad, sin embargo ya están construidas dos torres de veinticinco pisos que en mi concepto pudieron desarrollarse como "centros Bancomer", pero seguramente el ego del desarrollador se lo impidió, y pone a Puebla en una posible carrera de verticalización que hoy podría ser detenida a tiempo, antes que sea demasiado tarde.
Cuernavaca ya construye edificios de oficinas muy modernos, y no se avizora ni remotamente algún plan para rehacer todo el trazo vial de la ciudad, y cada día se muda mas gente a esta urbe que por cierto no ofrece una actividad económica sustentable. La mancha urbana está incontrolable.
Y por todo lo anterior me permito proponer algunas sugerencias, mismas que si algún lector las toma como bandera propia y las ejecuta a nivel gubernamental, habrá valido la pena el esfuerzo de su servidor.
La primera es cerrar todas las ciudades del país con un cinturón verde de reserva ecológica, y que por lo menos tengan 10 kms de ancho estas franjas. La invasión, asentamientos y desarrollos quedarán prohibidos y penados por la ley, con la categoría de delito grave, sin derecho a fianza.
La segunda es revisar los planes de desarrollo urbano, y congelar la ejecución de una vivienda que tenga mas de tres niveles en un lote unifamiliar. Prohibir la construcción de edificios, y salvo contadas excepciones podrán tener mas de dos niveles si el terreno es mayor a ciertas dimensiones como por ejemplo 2-3 niveles en lotes de hasta 1000 m2, 3-4 niveles de 1000 en adelante. Quedaría prohibida la existencia de un quinto nivel.
La tercera, sería fomentar la regeneración de colonias y barrios degradados, para que tuvieran una nueva imagen y plusvalía, surtiendo servicios, áreas verdes, estacionamientos, y provocar la inversión eliminando al 100% los impuestos de adquisición, y exentar diez años sin impuesto predial a los inmuebles regenerados. Por supuesto que sería básico facilitar y agilizar los trámites, sin costo alguno.
Cuarta: cualquier edificio viejo e inservible que fuera demolido para construirse una casa habitación, estaría sujeto a todo tipo de exenciones.
Quinta: ese mismo edificio viejo que fuera remodelado, tendría que surtir en su planta baja toda la superficie para estacionamiento.
Y la sexta y última sugerencia de esta editorial, es quitarnos de la mente que el negocio inmobiliario está en construir muchos pisos uno encima de otro, sino que podemos buscar suelo suburbano para proveer de lotes unifamiliares de razonable tamaño para que las familias vivan relajadas, unas junto a otras, en lugar de encimadas, hacinadas y congestionadas.
