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La casa amurallada, reacción natural al descontrol.

23 de Mayo de 2004

 

 

 

Nunca creamos que la ciudad "no tiene remedio", pues la realidad es que con todos sus errores y aciertos, emociona, angustia, sorprende, deprime, pero mas que nada es una Ciudad que fascina !!!

Con esto terminé la editorial del 4 de Agosto del 2002. México, Ciudad que fascina...

La Gran Tenochtitlan que es mi ciudad, y así quiero seguirle llamando, sufre y se transforma en cada microcosmos que la compone, y que es la casa de cada habitante que la vive.

Cada quien trata de defenderse de los embates del exterior, como son los robos, asesinatos, secuestros, y demás fenómenos que no son exclusivos de nuestra ciudad, sino de toda urbe que crece en el descontrol.

Nada mas impactante que ver como la Arquitectura que es el arte mas incomprendido de todas las bellas artes, responde naturalmente a este fenómeno, en una respuesta de introversión de su expresión exterior, viendo como se reducen el tamaño de las ventanas, la altura de las bardas, y lo afilado de las navajas y púas que coronan cada paramento que divide el macrocosmos urbano, del microcosmos interior de cada casa y espacio construido por el hombre.

Bellas casas que comulgaban una con otra en Polanco, Narvarte, Del Valle, y muchísimas mas en los años 1930 hasta fines de los ´60s. hoy han sido ocultadas por altas trincheras que esperan dejar atravesados como aceitunas, o electrocutados, al que se atreva a traspasarlas.

Ya no podemos ver que hay detrás de esas murallas, pues ya no son simples bardas, y de ese modo se desintegra poco a poco la conexión natural que debe de haber entre lo que no debiera de ser divisible, como lo es el entorno urbano que no podría ser compuesto solo de calles, sino de los que está entre éstas, es decir el espacio habitado por el ser humano.

Las calles empiezan a ser pasadizos o túneles sin techo, que por lo menos nos dejan circular de un lado a otro, pero sin derecho a comulgar con la Arquitectura. Es como intentar escuchar una sinfonía con tapones de cera en los oídos.

Esta ciudad solo se reduce a todo espacio que sobrepase los dos y medio o tres metros, es decir que la nueva Arquitectura estará expresada solo por Edificios y ya no por casas.

La Arquitectura es ahora el espacio repetitivo en sentido vertical, que tiene que ocupar muchas veces el mismo terreno para poder expresarse. Esto emociona, angustia, sorprende, y deprime, por lo tanto fascina.

Pero el espacio individual cada día se esconde, cuando es la Arquitectura mas genuina pues no ha tenido que prostituir a la tierra teniéndola que ocupar muchas veces en el mismo espacio.

¿Significa acaso que la torre de Babel seguirá sustituyendo la casa del hombre ? pues aunque sabemos que existe, cada día podemos verla menos.

Todo es consecuencia del sistema económico que extrema los polos de riqueza y pobreza, escondiéndose por miedo el primero del segundo, e intentando el segundo quitarle al primero lo que pueda, siendo la Arquitectura la verdadera víctima, pues siendo ésta la mas incomprendida de las artes, el ciudadano común no sufre de su ausencia creciente cada día. No lo nota. Quizás al llegar a su casa disfrutará de una bella sinfonía, y con ello podrá vivir sin la Arquitectura.

¿Será?

Sin embargo dudo que exista un regente o gobernador que pueda administrar y salvar a mi Gran Tenochtitlan, de esta dramática transformación, pues el problema radica en el descontrol. No creo que haya alguien que pueda controlarla para hacerla un lugar plenamente habitable y disfrutable, pues inclusive esto sería un peligro, pues si acaso ocurriera un fantástico pero absurdo fenómeno de este tipo, sería el principio de un colapso auténtico por una inminente inmigración.

Una dosis controlada de violencia, contaminación y caos, es un seguro de supervivencia de la Ciudad de México, para generar una dosis razonable de emigración.

Por lo anterior podríamos concluir que su inminente crecimiento controlado por un caos tolerado, permite que siga creciendo manejablemente, con una definitiva e irreversible nueva Arquitectura introvertida del espacio personal del hombre:

La casa amurallada.

 
 

 

 

Claudio Márquez Passy

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