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El distribuidor vial San Antonio en el entorno de la Megalópolis.

26 de Octubre de 2003

 

 

 

Hacerlo o no hacerlo... ese es el dilema.

De todos modos ya está hecho, y no hay reversa, y la pregunta sigue en el aire sin respuesta, en la que nadie nos responde si esta ciudad la seguirán "retacando" de vialidades encima de otras vialidades, en lugar de planear su densidad y usos de suelo adecuadamente.

En editoriales anteriores he comentado sobre la imperiosa necesidad de meditar con mucho cuidado, el trazo urbano de esta ciudad, pero tal parece que Arquitectos, urbanistas, Ingenieros en tránsito y transporte, están al servicio de los políticos y no al contrario.

El político decide que le conviene a él, y nunca decide por el futuro de la ciudad, y lo triste es que no existen mecanismos legislativos que impidan que un solo individuo diga "hoy construyo una vialidad o un puente" y nadie tenga poder para impedir una mala decisión que se reflejará en la siembra definitiva de un caos futuro asegurado.

Nunca habrá suficientes calles, distribuidores y ejes viales, para los planes de los políticos que solo se interesan en mas votos, y que al final de la votación se convierten en mas coches, sobre mas puentes y pasos a desnivel.

Es cuento de nunca acabar, y ahora la idea parece ser que la ciudad de México, sea Querétaro, Puebla, Cuernavaca, Pachuca y Toluca, en un plan que hará una Mega-macrópolis, con un estimado de más de 30 millones de seres humanos.

Si usted tiene hoy 50 años de edad, no crea que no lo va a vivir, pues le garantizo que usted será parte de esta explosión urbana totalmente caótica y sin control.

Así como nuestros abuelos decían "vamos para México" si acaso vivían en Xochimilco o en Coapa, del mismo modo hoy decimos que nos vamos a Cuernavaca de fin de semana; pero en menos de 25 años usted dirá que va a Puebla o a Querétaro, como hoy dice que va de la col. del Valle, a Tlanepantla, y tomará vialidades que hoy son carreteras y que mañana serán avenidas.

Esto no es exagerado pues cualquiera que vaya a Toluca, francamente ya no siente que es una carretera como la de Querétaro o la de Cuernavaca en las que todavía pasa durante mucho tiempo a través de campo y bosques.

En la de Toluca ya no hay terrenos disponibles que sean de su dueño original, y mas aún a la mitad de la "carretera" ya hay "en el camellón" un outlet o centro comercial, que le resta a esta vialidad el carácter de carretera y nos da un sabor de avenida entre lo que hoy todavía son dos ciudades, y en la que mañana podríamos decir que vamos a la "Colonia Toluca"...o para no exagerar a la delegación Toluca...

Si la mancha urbana ya abarcó a través del municipio de Huixquilucan un territorio que extendiéndose en barrancas y precipicios, en una topografía muy agreste, llega hoy casi a la mitad del camino entre Toluca y el centro del D.F. , entonces solo es cuestión de tiempo para que con otros dos Huixquilucan lleguemos a Toluca, y ahora si sea una sola mancha urbana sin separación posible.

Solo tenemos que imaginar que Toluca que ya está perfectamente unida con Atlacomulco, llegará a Tula y de ahí a Pachuca.

De Atlacomulco ya existe una modesta carretera que llega a Atizapán, la cual no tardará mucho en convertirse en un "eje vial".

De Villa Nicolás Romero, seguramente partirá una carretera que podría pasar por Tepozotlán o por Tepeji del Río, con rumbo a Tizayuca, y de ahí pasaría por Teotihuacán o por Otumba, siguiendo hasta Apizaco en el estado de Tlaxcala, y con derivaciones a la ciudad de Puebla o a Huamantla.

De algún punto de la actual autopista México-Toluca, partirá una carretera hacia Alpuyeca o alguna población cercana en el estado de Morelos, girando con dirección a Atlixco y de ahí a la ciudad de Puebla.

De Atlixco podría partir una derivación hacia el norte con rumbo a Texmelucan y seguiría con la misma dirección hasta Ciudad Sahagún.

Todas estas ideas son para dar escalofrío, pues en definitiva ayudarán a que en 50 años seamos 50 millones transitando por "ejes viales" comunes que van de un lado a otro de nuestra ciudad.

El impacto urbano de un "puentecito" como el de San Antonio resulta un juego de niños comparado a lo anterior, pero ambas ideas tienen algo en común y es el hecho de unir poblaciones en lugar de aislarlas con reservas ecológicas, pues el ejemplo de la hoy carretera de Toluca nos deja ver que ya no hay espacios verdes que se respeten, y por el contrario se llenen de comederos, talacheros, y asentamientos irreversibles que harán de la Ciudad de México, un ente ingobernable e incontrolable por ninguna autoridad.

Mejor compramos una goma, borramos todos esos trazos de algún político-urbanista, y "mandamos a la goma" todas esas ideas macabras, y en su lugar cerramos con una gran vialidad-cinturón de no-crecimiento a nuestra ciudad, que le sirva de libramiento a todo el transporte que la tiene que cruzar.

Arreglemos y congelemos el uso de suelo racionalmente y no a través de "bandos", con la idea de usar nuestro territorio de una manera mas lógica y eficiente. Ordenemos el transporte público, para que el transporte privado no tenga que hacer el mismo número de paradas que los micros y los taxis.

Hagamos el máximo posible de líneas de metro sin que la ciudad crezca un centímetro cuadrado mas.

Hay muchas otras cosas que se pueden hacer..., ¿ pero habrá voluntad de todos y no de unos cuantos para que esto suceda ?

 

Claudio Márquez Passy

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